Este sitio presenta una roca al aire libre en un terreno poco quebrado dedicado a la ganadería. En dicha zona, se dieron escasas exploraciones arqueológicas, de las cuales, la principal fue la de Finch (1983), quien realizó un estudio con una breve descripción de los motivos, sin ilustraciones, y registró al menos diez rocas ubicadas en la finca Tenorio.

La roca es un monolito cuadrangular, fácil de observar a una distancia media, debido a su gran tamaño. Además, cuenta con tres paneles direccionados al cielo, oeste y suroeste. Grabados profundos cubren su superficie, desde su cumbre plana, hasta la parte superior de su cara oeste.

Sus motivos incorporan dos grupos de rostros simples. El mayor destaca por su gran tamaño y sus detalles, incluyendo uno complejo con la representación de un tocado de plumas en la cabeza. Ciertos volúmenes de la roca fueron aprovechados para dar relieve a las caras, mientras que otras partes planas fueron utilizadas para incorporar representaciones no figurativas complejas. La parte superior muestra rostros mezcladas con líneas onduladas.

El motivo de rostros es común en la cordillera, muchos de ellos tienen formas simples, con un círculo y dos incisiones que simulan los ojos; otros son más complejos, pues incorporan círculos concéntricos como contorno o la implementan indumentaria.

La cantidad y la complejidad de las manifestaciones rupestres presentes en este sitio lo convierten en uno de los más destacados en las faldas del volcán Tenorio. Es posible que, en el pasado, esta roca se haya acompañado de otras similares, que ya no están en su ubicación original, debido a la reestructuración de las fincas y la limpieza de los terrenos.